Jesús respondió: “No entiendes ahora lo que estoy haciendo, pero más tarde entenderás.” (Juan 13:7)
Cuando lloras o te sientes abrumado, debes saber que Dios está ahí, tomándote de la mano y consolándote. Y cuando eres feliz, Él celebra contigo.
¿Cuántas veces le preguntamos a Dios el porqué de ciertas situaciones en nuestras vidas? A menudo, cuando sucede algo que está fuera de nuestro control y que no entendemos, puede ser la pérdida de alguien, el fin de una relación, una enfermedad, un accidente, el desempleo, la decepción... Le preguntamos al Señor por qué y realmente luchamos por entender.
Sin embargo, la Biblia nos enseña que Dios siempre está en control de todo. Si lo tenemos como el autor y consumador de nuestra fe, podemos confiar y descansar en Él. Puede que no entendamos lo que Jesús está haciendo, pero Él lo sabe muy bien. Más tarde, entenderemos que todo lo que nos sucede ayuda a nuestro crecimiento, en fe, en amor y en el conocimiento del Señor. Aun cuando no entendemos, nuestro carácter se va moldeando mientras atravesamos dificultades, confiando y amando a Dios con todo nuestro corazón.
Entendiendo lo que Dios hace:
- ¡Confía más! Trata de recordar eventos pasados que te ayudaron a crecer y a depender más de Dios.
- Ora y coloca todo en las manos del Padre, todas tus preguntas o dudas. Cree que Él sabe y está en control de todo.
- Jesús es nuestro mejor ejemplo. Lee la Biblia y aprende sobre Su amor, Su servicio y Su entrega incondicional.
- Pon todas tus ansiedades y tu corazón a los pies de la cruz de Cristo. Descansa en la paz de Jesús.
- Cree incluso antes de entender lo que está sucediendo.
- Comparte tus dudas con hermanos que tienen más experiencia en la fe y pídeles que oren por ti.
Para orar: Señor mi Dios, aunque no entiendo las razones de toda la agitación que estoy atravesando, quiero confiar más en Ti y en Tu Palabra. Ayúdame a creer con todo mi corazón que Tú tienes el control de mi vida en Tus manos. Confío en que eres bueno y fiel, que tienes un propósito firme en todas las cosas. Dame fuerza y aumenta mi fe más cada día. En el nombre de Jesús, amén.